Miro la vida a través de un espejo, él va eflejando todo lo bueno y malo que la vida nos va dando y quitando. Muchas de las veces pasamos ante él sin ver porque no nos gusta lo que pueda pintar de nosotros a través de su reflejo. Me gustan los días soleados, cuando el cielo tiene estrellas y la luna te sonríe. Cuando miras a los tuyos que te quieren y se preocupan por ti, aunque a veces lo hagan en silencio para no preocuparte más. Pero en la vida te han pasando cosas que tú no buscabas ni querías que pasaran, pero cómo luchar por algo que se cuela en tu vida sin apenas darte cuenta, vives en una nube entre sueños que aún sabiendo que son imposibles, aún así te aferras a ellos, hasta te los llegas a creer y vives exclusivamente para ellos. Por muchos consejos que te den no ves más allá de tus narices. Una mañana despiertas y te das cuenta de que el espejo en que te mirabas está roto en mil pedazos. Malditos corazones. Así que te quedas sin tus sueños e ilusiones contemplas el espejo roto y aún piensas: ¿si lo intento arreglar? ¿arreglar, qué? ¿tu vida vacía? No, déjala así , me pondré doble coraza para que ya no vuelva a sentir más dolor en mi ya gastado corazón. No quiero más promesas ni falsas palabras. Ahora viviré yo mi propia vida, mejor o peor, pero no seré una marioneta más.